Estás cerca, muy cerca, tanto que puedo sentir tu aliento, menta, si, puedo recordarlo, me recuerda a cuando no nos conocíamos de nada y venías a mi con cualquier excusa, a cuando me contabas algo al oído, a cuando soplabas en mi cara para incordiarme, menta. Tus ojos color miel están clavados en mis labios, los míos en los tuyos, suaves, los rozo con el dedo para comprobarlo, suaves. Ambos sonreímos, y una vez más siento esas mariposas en el estómago, es por tu risa, tan perfecta… No hacen falta palabras, los dos pensamos lo mismo, deseamos lo mismo, te acercas aún más a mí, me miras a los ojos y me besas, suave, pero intenso, tanto que por un momento pienso que solo somos tú y yo. Siento tu mano en mi cintura, me hace sentirme tuya, rodeo tu cuello con mis brazos, deseando que este momento no acabe nunca. Nuestras lenguas se unen, juegan, mientras, noto tu mano acariciándome el pelo. Te separas, me miras y sonríes, después me vuelves a besar, te acercas a mi oído y me juras que habrá miles de momentos como estos.
Yaii.