Las despedidas no siempre son amargas
Son las 10 de la mañana, el aeropuerto está lleno, gente que llega, gente que se va, reencuentros, despedidas… Flor ha querido venir conmigo para despedirse, se hace la fuerte, siempre lo hace, pero la conozco y sé que en el fondo ella también lo está pasando mal, los últimos acontecimientos han sido difíciles para todos.
Héctor no ha venido, me entristece, pero lo entiendo, quizás prefiera hacer la despedida menos dolorosa, aunque lo único que me apetece ahora mismo es estar abrazada a él, sentir que aunque estemos separados, él estará a mi lado.
Acaban de anunciar que el vuelo con destino a Corvallis despegará en unos minutos, es la hora. Flor y yo nos miramos, a las dos nos brillan los ojos, a las dos se nos derrama una primera lágrima y las dos rompemos a llorar.
- Prométeme que serás fuerte Diana.
- Lo soy Flor, se lo prometí a mamá.
- Llamaremos todos los días para saber como estás y te prometo que en muy poco tiempo nos tendrás allí.
- Os echaré de menos Flor, a ti y a Héctor, díselo.
- El también te echará mucho de menos cielo, perdónale por no haber venido, ya sabes cómo es.
Ambas sonreímos y nos abrazamos.
- Venga peque, tienes que entrar ya.
Hay una gran cola para embarcar. Espero poder sentarme en la ventana, me encantaría fotografiar las vistas desde tan arriba, y sería un buen primer tema de conversación con papá cuando llegue.
Suena una musiquita, es mi móvil! Y esa canción, Lucky, de Jason Mraz y Colbie Caillat, esa canción es su tono, el tono de Héctor, si, es él.
- ¿Héctor?
- Diana, dime donde estas por favor.
- Estoy en la cola de embarque, ¿por qué Héctor? ¿Qué pasa?
- No te muevas, espérame 2 minutos.
Ha colgado, no me lo creo, ha venido, un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Quizás ahora sea más difícil la despedida, pero está aquí, no me ha fallado, nunca lo hace.
Ahí está, a lo lejos, hay mucha gente y el no puede verme, yo si, voy corriendo hacia el. Estoy entre sus brazos, el único sitio en el que deseo estar ahora y durante mucho tiempo. Ambos derramamos lágrimas, a ambos nos late el corazón muy deprisa, lo noto, noto su corazón al ritmo del mío y estoy segura de que él también.
Mis ojos frente a los suyos, ambos los cerramos al mismo tiempo, ambos deseamos lo mismo, nuestros labios se unen. Quiero que se pare el tiempo.
Un último aviso de que mi vuelo está apunto de despegar me hace despertar. Ninguno dice nada, solo nuestros ojos hablan, lloran y se separan, solo un te quiero retumba en mis oídos al entrar por la puerta de embarque.
Pero pero...Yaii como me dejas así?? =P jajaja
ResponderEliminarDios que capítulazo, cortito pero intenso! Has clavado las palabras y esos sentimientos!!
Un 10 enserio!! ;)
Un besazo chiquitina!! ^^
Muy interesante y descriptivo. Corto pero intenso, eso es lo bueno. Describes cosas y dejas ver otras, la imaginación es muy buena. Me gusta mucho, a ver como continúa. Pero no puede perder el avión que despega en menos de 5 minutos!!! ;)
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