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4 de febrero de 2011

De vuelta a Miramar. Capítulo 2 - Recordando.

Se tumba en la cama y respira hondo. Necesita relajarse, coge su guitarra y se pone a tocar. Suena Teardrops on my guitar de Taylor Swift. Es una de las primeras canciones que aprendió a tocar con la guitarra. Le transmite tranquilidad y ternura, es tan bonita.

Cuando termina coge el teléfono y marca el número de Tania.
-          ¡Hola guapa!
-          ¿Qué tal Tania?
-          ¿Bien y tu? Te noto rara.
-          Ya, verás… Tengo malas noticias.
-          ¿Qué pasa?
-          Mis padres quieren que vaya con ellos y con mi abuela a Miramar, todo el verano.
-          ¡¿Qué?! Eso quiere decir que no puedes venir con nosotras ¿no?
-          No…
-          Bueno, pero de todas formas, debes estar contenta. ¡Vas a ver a tus amigos! Llevas mucho tiempo sin verles ¿no?
-          Es por eso porque no quiero ir Tania…
-          Ah! Es verdad, me acuerdo que nos lo contaste. ¿Y no crees que va siendo el momento de solucionarlo?
-          ¿Solucionar el qué?
-          ¡Pues todo! Son tus amigos, creo que en toda esa historia tiene que haber un malentendido Mel.
-          No Tania. No hay ningún malentendido. Me traicionaron. Los dos.
-          No sé cariño, por lo que me has contado durante todos estos años, Sami y Leo son geniales.
-          Si, geniales. La pareja perfecta.
-          Eso no lo sabes Mel. Solo lo supusiste.
-          No lo supuse, me lo contaron.
-          Ah! Es verdad, te lo contaron. Mel, cariño, te lo contó Claudia, la misma que te ha hecho la vida imposible durante diez veranos seguidos. ¿De verdad la crees?
-          ¿Y por qué no? ¿Por qué no puede ser cierto? No tenía ningún motivo para hacer eso.
-          ¿Qué no? Mel, tiene todos los motivos del mundo. Esa chica tiene y siempre ha tenido envidia de ti.
-          No sé. Creí que ya me había olvidado del tema, que no volverían a aparecer en mi vida y ahora todo de golpe.
-          Mel, hazme caso. Debes ir, hablar con ellos y aclarar las cosas. Estoy segurísima que es todo un malentendido. Y ya sabes, ¡a disfrutar!
-          Lo dices como si fuese lo más fácil del mundo Tania.
-          Y lo es, créeme.
-          Ojala. Tengo que pensar.
-          Lo entiendo.
-          ¿Qué te parece si nos vemos mañana?
-          Perfecto.
-          Podemos hacer una fiesta pijama en mi casa, una especie de despedida.
-          ¡Genial! ¿Quieres que se lo diga también a Carol?
-          Claro. Lo pasaremos genial.
-          OK.
-          Tania te dejo. Voy a descansar un poco.
-          Vale guapa. Hablamos esta noche. Descansa.
-          Adiós.
-          Hasta luego Mel.

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