Estela es una chica de 16 años soñadora, lista, divertida y muy especial. Siempre ha tenido un libro en sus manos, desde que tiene uso de razón. Es tal su amor por los libros, que cada tarde va a la biblioteca, aunque no coja ningún libro, simplemente con su ordenador o haciendo cualquier cosa, ella se siente cómoda entre los libros, como ella dice, es su hábitat.
A esa misma biblioteca va todas las tardes Lucas, un chico de 18 años tímido, desastroso y serio, pero es guapísimo, sus ojos son preciosos y su sonrisa también. Por lo menos eso es lo que piensa Estela.
Hace tan solo unos meses que empezaron a coincidir cada tarde en la biblioteca, se conocen de vista, y cuando se ven, ambos sonríen, pero ninguno de los dos se ha atrevido a más.
Estela tiene un secreto, un secreto que solo ella conoce, y es que desde hace unos años escribe un cuaderno, un cuaderno en el que expresa todo lo que siente. Todo. Escribe pequeñas historias, sueños en los que ella es la protagonista, letras de sus canciones preferidas, para Estela es muy importante, ese cuaderno es ella, por decirlo de alguna manera, es su espejo. Ya que tú puedes conocer a una persona, pero no la conoces del todo si no sabes lo que piensa en cada momento.
Estela está sentada en su sitio preferido, a espaldas de la ventana, le encanta la luz natural y que el calor de los rayos del sol le dé en su espalda. Suena una musiquita. Mensaje. Estela mira a Marta, la bibliotecaria, que ésta la mira con una sonrisa, y le pide disculpas con la mirada. Segundos después cada una vuelve a lo suyo. Lee el mensaje. Es de Claudia, su mejor amiga, la necesita para explicarla una cosa de Mates. Sin dudarlo recoge sus cosas y sale por la puerta. Siempre procura no olvidarse nada y la mayoría de las veces lo consigue, pero esta vez no tiene suerte, se deja encima de la mesa su cuaderno.
En la mesa de al lado está Lucas, la ve marcharse y sin quererlo se le escapa una sonrisa. Vuelve a la realidad, mira a su alrededor. Hay algo en la mesa de al lado. ¿Qué es? Parece un cuaderno. Se levanta y lo coge. Pone Estela con letras brillantes y está decorado con pegatinas. Un cuaderno muy original, piensa. Duda si abrirlo o no, pero lo hace, lo abre por una pagina cualquiera, es la letra de una canción, comienza a leerla y se da cuenta de que le suena bastante, sigue leyendo y enseguida la reconoce, es la letra de forever de Chris Brown, una de sus canciones favoritas. Le parece interesante aquel cuaderno así que sin pensárselo regresa a su mesa y sigue leyendo. Cada página le fascina más. Esa chica… Le gustaba, le encantaba y no la conocía. Ahora que la conoce lo siente. Amor.
Tiene que devolvérselo, pero no sabe como hacerlo, así que al día siguiente decide dejarle una nota en su asiento. “Tengo tu cuaderno, tranquila, no tengo la intención de secuestrarlo, aunque me encanta y podría hacerlo, pero lo único que quiero es una cita. ¿Qué te parece a las 17:30 en el parque de enfrente? Sé como eres, no te fallaré.” Y con una carita con un guiño se despide.
Estela no sale de su asombro al leer la carta, ¿quién tiene su cuaderno?, ¿quién lo ha leído? Ella sabe que solo puede ser alguien de la biblioteca, ya que allí fue donde se le olvidó, pero… ¿quién? Mira a su alrededor para ver si están los mismos de siempre y así es. Los mismos de siempre, aunque… ¿Y el? ¿Dónde está? ¿Es él? Se moriría de vergüenza si fuese él. Aunque si Estela tuviese que elegir entre todos los que van cada tarde a la biblioteca para que uno de ellos lea su cuaderno, sin duda le escogería a él. No sabe por qué, pero tiene muchas ganas de que él sepa como es por dentro. De que se conozcan. Suspira, recoge sus cosas y sale de la biblioteca. No puede dejar de pensar en él, el chico misterioso que le encanta. ¿De verdad es él? No. Puede que no. Puede que simplemente se haya puesto enfermo, o haya quedado, ¿quién sabe?
Estela llega al parque son las 17:25. Está impaciente, ¿quién será? Se pone los cascos del iPod y se sienta en un banco a escuchar música. Suena She will be loved de Maroon 5, esa canción le hace pensar. ¿Por qué nunca se ha sentido querida? Nunca nadie se ha enamorado de ella, a pesar de haber tenido unas cuantas relaciones, si, se lo ha pasado bien, ha disfrutado y ha querido, pero nunca ha recibida tanto como ha dado.
Observa como unos niños juegan en la arena, le transmiten tanta ternura. De pronto nota como si alguien le tapase la vista, se echa las manos a los ojos pero estos están cubiertos por unas manos, y no son las suyas, las agarra y las aparta despacio. Se gira y le ve.
- Tú.
- Yo… Me llamo Lucas.
- Estela.
- Lo sé, lo pone en tu cuaderno.
Silencio.
- Mi cuaderno… ¿Me lo devuelves?
- Claro. Aquí lo tienes.
Miradas, sonrisas.
- Esto… Lucas, ¿has leído mi cuaderno?
- Pues creo que a ti no te podría mentir. Si, lo he leído, verás, se que no debí hacerlo, pero sin querer abrí una página y con ver la letra de forever supe que tenía que seguir leyendo. Y lo siento, de verdad. Pero sé que si no lo hubiese leído no me hubiese atrevido a dar este paso y no te hubiese conocido realmente y ahora que te conozco, me pareces la chica más maravillosa del mundo.
- Vaya… No sé qué decir…
Ambos sonríen.
- Lo entiendo.
- Lucas, en realidad no sé si estoy enfadada o contenta. Si te digo la verdad me da muchísima vergüenza que lo hayas leído, pero por otra parte me alegra que hayas sido tu el que lo hayas leído y ahora sepas como soy de verdad.
- Fantástica.
- Debes sentirte privilegiado, eres el único que conoce mis secretos.
- ¿Confías en mí?
- No sé el motivo, pero sí, confío en ti.
Sin darse cuenta los dos jóvenes están caminando por el parque. Comparten risas, miradas de complicidad y opiniones.